Por Fernanda Garnica.
Mi nombre es Fernanda, estoy casada hace 5 años. Soy mamá, seño y muchas cosas más, pero para Ilegar a todo eso, tuve que pasar por muchas situaciones en mi vida. Llegué a Neuquén junto con mi familia hace 19 años. Todo en mi vida era normal, hasta que, de muy Chiquita, me diagnosticaron bronquitis asmatiforme. Llegué a estar muchas noches internada, sin poder respirar, usar aerocámara para asegurar que la medicación inhalada sea administrada correctamente. Mis pulmones no funcionaban del todo bien, sin embargo de un día para el otro, mis manos y mis pies comenzaron a sangrar, se me abrían como si cortaras carne, y nadie tenía respuestas ni podía definir el porqué. Gracias a la profesión de mi papá, dieron el cambio de destino por mis enfermedades y así y todo Ilegué a Neuquén con 7 años y una mochila de oxígeno y con 50% de pulmón funcionando. Gracias a Dios, hoy con 27 años estoy más que sanada y agradecida a Él por sanarme desde mi cabeza hasta los pies. Mi niñez y adolescencia fueron lindas, pero fui una chica muy tímida, muy introvertida, no podía socializar, hasta que Ilegó un campamento en Bethel que cambió todo. Dios me mostró su gracia, me volvió a recordar esos momentos muy duros en mi vida y me mostró que Él no quería eso para mí. Me sanó por que tenía un propósito para mi vida. Gracias a Él soy otra hoy, gracias a Él mi vida es completamente distinta a la que me proyectaba hace 12 años atrás. Desde ese campamento, jamás dudé que Él iba a estar conmigo pasara lo que me pasara; su fidelidad se renueva día a día. Y puedo decir: Dios es mi sanador. iDemosle gracias porque el es bueno! ;¡Dios nunca deja de amarnos! 1Crónicas16:34
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