Juli Fabi
Últimamente dio vueltas en mi cabeza Filipenses 4:7: “ Y la Paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, cuidará nuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús.”
Y en base a esto pensaba, ¿qué difícil, no? Lograr esa paz que sobrepase TODO entendimiento. ¿Cómo se hace? ¿Cómo se logra? Claro, es fácil si las cosas te están saliendo bien. Pero ¿y aquellos que luchan contra una enfermedad? ¿El que se quedó sin trabajo? ¿Sin casa? ¿El que perdió a un ser querido? ¿El que no puede salir de una situación difícil? ¿Cómo hacen para entender que se puede tener una paz que sobrepase TODO?
Toda pérdida requiere de un proceso de duelo. Cuando uno no puede superar interiormente una pérdida o frustración tiende a recurrir a un objeto exterior. En nuestra sociedad, ese objeto es casi siempre un objeto de consumo.
En base a mi experiencia personal solamente cuando se recurrí a Dios, encontré esa paz de la que comencé hablando. Y aún, en el momento más difícil, doloroso y que no podía entender, esa paz la tenía igual. Sentís el consuelo, el abrazo de Dios y “la paz que sobrepasa todo entendimiento” de que, aunque parezca imposible, todo va a estar bien. Porque Dios te abraza y te consuela y siempre está ahí, aunque pensemos que no.
Ojalá todos puedan recurrir a Dios en todo tipo de circunstancias. En la felicidad, en las buenas noticias, pero también en la tristeza, en la enfermedad y en las malas noticias. Porque esa paz que sobrepasa todo entendimiento sí existe.
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