Esta obra, por su diseño y tamaño, será única en el país y emblemática para la ciudad de Neuquén.

Todos los que estamos involucrados en este desafío, estamos muy felices y entusiasmados. Hemos visto la mano de Dios desde el comienzo de la obra en todos los detalles y decisiones. Dios ha sido fiel proveedor de todos los recursos que hemos necesitado, desde la compra del terreno, el desarrollo del proyecto y la construcción esta primer etapa que incluye los cimientos, la superestructura y el techo.

Bienvenido a este equipo de trabajo que tiene por lema: El Dios de los cielos, Él nos prosperara, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos.

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Pastor Hugo Marquez